viernes, 13 de marzo de 2009

Las Partituras Secretas - Capitulo II

Continúo con el Capitulo II de “Las partituras secretas”…


II.- La Conversación

Y si hay algo que caracteriza a los humanos es la curiosidad, es difícil resistirse a ella, cuando tienes los medios para hacer algo prohibido o increíble, ansias comprobar que es verdad, quieres llevarlo a cabo sin importar el motivo o incluso el precio, puedes obsesionarte por algo que no sabes siquiera si es verdad, y es esta curiosidad malsana la que había guiado a aquel joven, desde que hacia 5 años había abandonado toda su vida, hasta ese viejo bar, vestía de negro, un tanto formal, un tanto clásico, y un tanto aterrador, su cabello era negro y desarreglado, mas largo de lo que acostumbra un hombre, sus ojos grises y secos, y su imagen en general, reflejaba cierta inocencia que se veía confrontada por su aspecto largo y delgado, y los inmensos tatuajes que salían de sus manos y se asomaban por su cuello, negros y abstractos, pero con un aparente orden y motivo.
Camino hacia un hombre de aspecto bastante extraño y se sentó a su lado, acto seguido sonrió y dijo “Y por fin después de tanto tiempo estoy aquí”, a lo que solo le respondieron “Has pagado ya tu precio”. El hombre que le respondía era el motivo por el que el joven estaba en este bar y posiblemente el fin de su búsqueda, su nombre, su edad, y su vida en general eran un misterio, solo se sabia, y solo aquel que supiera investigar, que era miembro de la orden y que se le conocía como Uriel, nombre que tomaba de ángel de luz de la tradición cristiana.
El joven mostró un viejo papel a Uriel, sonrió y le dijo “Y entonces, ¿detrás de que estoy?”, como respuesta, este solo miro el papel un momento y dijo “Y una larga historia”, pero el joven insistiendo le contesto “Tengo tiempo”. Uriel volteo hacia el joven, suspiro, y acto seguido le advirtió que tuviera cuidado con lo que haría en adelante, pues “Aquel que juega con Azrael, la muerte, paga las consecuencias”, antes de darle al joven tiempo para hablar, le comenzó a contar la leyenda de las partituras malditas…
La leyenda cuenta que un día, Vladimir estaba tocando una melodía de amor, cuando una luz bella ilumino su estudio, esa luz le hablo y le dijo “la próxima canción que compongas, escríbela y esa será la partitura de la vida, y cada vez que la interpretes en nombre de alguien esa persona sanara e incluso si así es tu deseo revivirá, pues la próxima canción que compongas, será la misma que yo interprete en el momento en que cree el universo donde habitan ustedes los humanos”; en ese preciso instante la habitación de oscureció en menos de un segundo, y la voz con la que es recibida un alma pecaminosa en el mismísimo infierno dijo a Vladimir el siguiente mensaje “Pues entonces, la siguiente a esa, será la partitura de la muerte, la misma que fue interpretada por los coros de ángeles cuando yo fui desterrado del reino celestial, y cuando la toques en nombre de alguien este morirá y será enviado a mis garras para sufrir una eternidad de tormento”. Pues en efecto Yahveh el creador de este mundo y Lucifer el príncipe de las sombras le habían otorgado el secreto de la vida y de la muerte y le habían dado el control sobre estos a través de su música, para que sanara o matara según sea su deseo.
Vladimir no pudo creerlo en primera instancia, pero en ese momento decidió probar con el alma de su difunta esposa, toco la misma canción que estaba interpretando antes de la conversación esa melodía bella de amor, y en efecto, a los 3 días la mujer que el había amado pero fue arrancada de sus brazos volvió a ellos, al comprobar esto decidió que jamás tocaría la canción que había sido bautizada como la partitura de la muerte.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Merecemos un premio...al menos un 20 en la tarea xD